sábado, 24 de octubre de 2015

La gratitud expresa felicidad.

            Nos guste o no, deberíamos agradecer diariamente lo que tenemos; sé que muchos no estarán de acuerdo y siempre dirán: “podría estar mejor”. Desgraciadamente no hay un secreto para la felicidad, pero, “es lo que hay” “es lo que la vida nos ha dado” y el agradecimiento a las pequeñas cosas nos hacen demostrar que todos poseemos un increíble potencial para conseguirla. Reconozco que vivimos en unos momentos difíciles y que siempre nos blindamos con la desesperación y el dolor, pero es posible que en cualquier momento determinado podamos contemplar la vida desde otra manera distinta. Esto nos hará reflexionar que existen personas de gran corazón y sólo el hecho de hablar con ellos ya nos llenan de paz, creando una armonía, allí donde es posible que nunca la podríamos encontrar.
           Pero también podría decir, aunque a veces no encuentro palabras para exponer lo que realmente siento, lo cruel y triste que resulta cuando ante una acción digna de agradecer, ya sea a través de un acto personal o unas simples palabras de agradecimiento, recibes el más grande de los desprecios, es decir; la indiferencia. Es como pensar que aquello que pensaste o que dijiste, no vale ni un ápice de agradecer, cuando en realidad fue dicho desde lo más profundo de su corazón.
           Cuantas veces puede resultar que una simple frase, pueda ayudar a conseguir una realización personal, consiguiendo un bienestar interno, partiendo de que esa gratitud pueda ser de una importancia excepcional para aquel que la ejerce. Pero ese sentimiento de gratitud, no “llega” ante algunos corazones endurecidos por la sinrazón y el desprecio. Pensemos que la gratitud no es humillante, la gratitud llega a ser amable y a menudo mitiga la culpa, la aflicción, el sufrimiento y las dificultades que estamos pasando. Sólo estimula la sensación de conciencia y el profundo agradecimiento que hace valorar más a las personas.
            La vida está compuesta de muchos altibajos, el camino suele ser muy largo y duro; pero cuando estamos hundidos en lo más profundo del dolor, cualquier palabra de agradecimiento, nos hacen tremendamente feliz. Es cuando sabemos valorar lo que la gratitud representa, ante una situación que muchas veces nos derrumba. Sé que muchos a través de nuestra vida sufrimos desaires y menosprecios de manera frecuente. Sólo intento asumirlo, ya que no es posible evitarlo, aunque sí podemos aprender a afrontarlos. Sí, afrontar es lo que hacemos para aliviar el dolor, el estrés o el sufrimiento provocado por esa situación dolorosa. Sólo el que lo padece sabe la tremenda frustración que se siente.
             Si realmente se tienen fuertes motivos para no perdonar, hay que respetarlos. Pero a la larga, las preocupaciones, las hostilidades y los resentimientos sólo sirven para hacernos daño a nosotros mismo.  Dice un refrán que “es de bien nacidos ser agradecido”, lo que no dice es que, además de ser positivo para los que nos rodean, la gratitud es una herramienta poderosa para sentirnos bien, originando esperanza, amor, compasión, alegría y sobre todo, sentimientos de felicidad.
 
Meditación: Si has tenido amigos que durante mucho tiempo, ha actuado amablemente contigo; ¿por qué no has  tenido la fuerza necesaria para darles prueba sustancial de tu gratitud?
 

2 comentarios:

  1. Buenas tardes.
    A bote pronto, se me vienen a la cabeza varias cuestiones. En primer lugar, lo referido en el artículo anterior sobre el dar, sin esperar recibir nada a cambio. Lo considero fundamental pues, las situaciones de las personas son cambiantes y, a veces, un gesto cariñoso, puede ser malinterpretado o ignorado. Llegados a este punto, podemos intentar ampliar nuestra perspectiva y ver qué ha cambiado en el receptor de nuestro gesto para que se produzca esa consecuencia. Para esto, puede que necesitemos un tercero que nos dé pistas o, simplemente el paso del tiempo, en el sentido de obtener la misma respuesta al mismo gesto y, entonces, plantearnos "el retranquear" esa amabilidad, a la espera de que lleguen tiempos mejores.
    También, es complicado analizar al "no grato" pues, es posible que la vida para esta persona sea muy distinta de cómo la había imaginado y, no se siente feliz en uno o muchos aspectos y, puede darse qué no nos hayamos percatado de esos cambios pues, mucha gente no cuenta, no transmite sus debilidades. Antes bien, parecen estar bien instaladas en sus situaciones vitales y muestran una calma y una paz inexistentes.
    Finalmente, está la cuestión de cómo se compatibiliza el dolor propio con el sufrimiento ajeno no mostrado. Creo que cada persona, con sus características propias y las de ese tiempo de su vida debe ir descubriendo si pone el acento en sí o, en el otro. A veces, no hay fuerzas para recorrer tanto camino y, otras, por contra, sí lo hay. Pensar en una sola medida no me resulta apropiado. Un abrazo sentido, sevillano.

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  2. Nunca dejaré de mostrarle mi más profundo agradecimiento por sus comentarios. A veces éstos llegan a ser auténticas lecciones de Psicología. Eso me recuerda a mis años de juventud, cuando estudiaba Psicología Experimental. En ellos nos hacían realizar profundos estudios de la gratitud a través de los sentimientos personales. Los sentimientos no se dicen; es decir se muestran a través de la gratitud. Esta afirmación representa una idea generalizada acerca de la capacidad que muchas personas se ven desposeídas de esa gran virtud que todos poseemos, y que es la generosidad. Sin ella, es imposible reconocer los sentimientos que podemos transmitir hacia los demás. A través de todos mis pequeños artículos, siempre he tratado de mostrar que el concepto de gratitud nos hace mejorar nuestra autoestima, y sin ella, nunca llegaremos a considerar en absoluto esos vínculos que nos hagan ver las cosas que no podemos ver por nosotros mismos. Gracias de nuevo mi estimado amigo, puesto que sus cometarios los considero como auténticas lecciones de Psicología. Un abrazo.

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