viernes, 9 de octubre de 2015

Decir "lo siento"

            Sí. Así es, tan fácil de decir y tan difícil de realizar. En estos casos cada persona reacciona de manera distinta. Aunque es importante no obsesionarse con pedir disculpas y moderar las reacciones ante un acto negativo y saber olvidar. Pero también es de suma importancia saber tomar conciencia de que vivimos en grupo y deberíamos dejar a un lado nuestras tendencias al egoísmo. La culpa no sólo se siente, sino que se tiende a expresar con gesto y sobretodo con palabras sencillas.
             Decir lo siento, no es igual a pedir perdón. La persona que dice “lo siento” lo que en verdad expresa es un dolor interno por una actitud realizada hacia esa persona. La persona que dice “perdona”, reacciona ante un dolor interno, ante el cual reconoce que no ha actuado bien, reconociendo no volver actuar de esa manera. Dicha situación nos lleva a la otra persona; la que ha sufrido el desagravio, y si a la persona que se agravia, no se le ofrece ese acto de sentimiento, seguirá existiendo siempre el rencor.
           Saber disculparse no solo es un acto que demuestra temperamento hacia los demás, demostrando que tenemos la voluntad de resolver el conflicto. No dudemos que también es un acto de fortaleza y seguridad hacia uno mismo. Porque cuando decimos “lo siento” sin excusa ni reproches, estamos mostrándonos tal como somos, con la sinceridad de quien no teme reconocer que en determinado momento cometió un error.
             Existen momentos en los que intercambiar algunas ideas con otra persona, concluye en una discusión o pareceres distintos, motivo por el cual resulta casi imposible llegar a un acuerdo. Cada uno tiene percepciones y puntos de vista diferentes acerca de lo que ambos exponemos y, cuanto más queremos llegar a un acuerdo, empeoramos la situación, ya que se “enredan” más y más en sus propias posiciones.
              Pensemos siempre que hay una práctica que es bien efectiva para recomponer una situación desagradable, y es simplemente: pedir disculpas, o decir “lo siento” Desde luego que muchas veces tenemos la certeza que no nos toca a nosotros hacerlo, sino a nuestro interlocutor, porque consideramos que él (o ella) es quien no está acertado. Para algunas personas es bien difícil reconocer sus errores o admitir que una decisión que tomaron no fue la más apropiada. Gran parte de quienes quedan resentidos indefinidamente por una nimiedad se enfocan sólo en lo pequeño, en el hecho puntual, y pierden de vista lo grande y verdaderamente importante: una familia, un trabajo, una amistad, etc.
           El hecho de decir “lo siento” no es ningún acto de bajeza, puesto que cuando pides disculpas le dices a la otra persona que haberla herido durante tanto tiempo, de alguna forma le has hecho daño, y solo pretendes reconocer que quizás en aquel tiempo no vistes las cosas claras y que si pudieras volver atrás es posible que actuaría de otra forma. Si consigues esto, seguro podrás acceder a lo más profundo de esa “herida” que posiblemente causaste, y curarla desde los sentimientos más profundos.
           No pensemos nunca que decir “lo siento” es humillación, todo lo contrario, es un acto de gran valentía y coraje, denotando una gran autoestima y fortaleza en ti mismo. Reconocer nuestros errores nos ayudará a crecer como persona y a poder volver a tener un intercambio más enriquecedor. Así el hecho de pronunciar estas dos palabras implica una auténtica reflexión y sobre todo ponerse en el lugar del otro.

 Meditación: Nunca se puede llegar a comprender el dolor tan profundo que se siente, cuando una persona te juzga sin motivo, ni razón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario