lunes, 5 de octubre de 2015

Recuperar la confianza.

             Referirme a la confianza es aceptar la opinión favorable en la que una determinada persona es capaz de actuar de forma correcta anta una situación. La confianza es una poderosa energía. Se apoya en la firme esperanza y proporciona seguridad, optimismo, bienestar y alegría. Esta nos hace más fuerte, más libres y también mejores. Por el contrario el recelo nos lleva al temor, al malestar y a la insatisfacción, dificultándonos que tomemos iniciativas.
            Cuando la confianza se ha perdido porque se ha roto alguna promesa, como primer punto, la persona que falló debe reconocer y asumir su responsabilidad. Después de esto, es muy probable pedir perdón. Cuando nos sentimos lastimados, siempre deseamos escuchar al otro una disculpa sincera, puesto que debemos reconocer que pedir perdón, no es nada fácil.
            Vivir nuestros avatares en soledad nos atenaza y nos merma nuestra autoestima. En cambio sí reconocemos y compartimos esos temores, y las emociones que provocan, podremos neutralizarlos. Todo esto nos ayudará a reconocernos más humano y sobre todo a recuperar esos valores de confianza perdidos.
            Decimos que la confianza es lo más difícil de ganar, una vez que la pierdes, ya  es difícil recuperarla. Aceptar las disculpas, quizás sea lo que creemos que necesitamos de la otra persona. Pero en algunos casos una disculpa no es lo que se necesita. Puesto que el temor en sí mismo, no es un problema. Tampoco lo son los miedos comunes a todo ser humano como el que podamos sentir a una enfermedad, la soledad o la muerte.
            Si vivimos en soledad los temores que nos amenazan, nos hacen impotentes al expresar las emociones que nos producen, en cuanto vemos mermadas nuestra potencialidad, la cual hace que no nos permita superarlos. Es esto lo que nos posibilita  vivir ante esos temores de una forma positiva. Así parece que para salir de esa encrucijada, además de los cambios sociales inexcusables, es preciso dejar de lado el narcisismo y compartir los temores, las dudas y las vacilaciones de forma, que junto a nuestro anhelo, deben estar siempre conforme a nuestra condición humana.
             La imposibilidad de reaccionar a lo que nos produce temor no nos  debería causar un gran sufrimiento emocional. En cambio nos hará más fuertes, como individuos y como colectivo. Naturalmente al recuperar la confianza nos sentiremos protegidos ante una madurez, donde los temores, la violencia y las amenazas, siempre potenciarán el desarrollo de nuestra personalidad y nuestra autoestima, haciéndonos cada vez más seguro de nosotros mismos.          
           
 Meditación: Una vez que sientas confianza en tu interior, has lo primero que se te ocurra y te dicte tu corazón, seguro que todo sale bien.

 

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